Cuando pensamos en un dron para realizar videos o capturar fotografías nos vienen a la cabeza marcas como DJI, Yuneec, GoPro, Parrot, etc. Pero pocos pensamos en un dron de carreras o FPV (First Person View).
Las razones para hacer esto son muchas. Los drones que salen preparados de fábrica para realizar fotografía o vídeo vienen con multitud de ayudas que nos permiten realizar esta tarea con bastante sencillez y seguridad. Tenemos un control de la estabilidad gracias al GPS, sensores de obstáculos, ayudas para la captación de vídeos, diferentes modos de vuelo y una gran facilidad para controlar el movimiento de la cámara.
En un dron de carreras carecemos de todo eso. Todo el manejo del dron recae en nuestra habilidad con los mandos. Si soltamos los mandos, el dron se desploma. Como contrapartida, su pequeño tamaño hace que pueda acceder a lugares más estrechos, y su alta velocidad le confiere un dinamismo asombroso. Además nos permite manejarlo en ángulos y posiciones que los otros tipos de drones no permiten.
Con la aparición de cámaras de acción con estabilización incorporada como la GoPro 7, muchos pilotos de drones de carreras han adaptado una de esas cámaras a sus drones y están consiguiendo cosas como esta:
Las ventajas, como hemos comentado antes, residen en poder adentrarnos en zonas y lugares de muy difícil acceso para un dron de mayor tamaño, también el poder seguir a objetos que se mueven a gran velocidad, y el conseguir ángulos casi imposibles con otro tipo de drones.
El precio de un dron FPV no suele ser muy elevado, lo cual es una ventaja pues debido al tipo de pilotaje que realizamos va a sufrir frecuentes choques. Como se pueden personalizar y fabricar por piezas, su reparación y mantenimiento es bastante barato. Al precio del dron debemos de añadir el de las gafas para poder pilotarlo y el de la cámara que le adaptemos. Ahí es donde vamos a tener la mayor inversión, pero en principio van a ser cosas que deberían de durarnos mucho tiempo y que podemos adaptar a otros drones.
Finalmente, lo que vamos a necesitar son muchas horas de práctica. Debemos de tener en cuenta que no contamos con ninguna ayuda al pilotaje y que la cámara la tenemos en una posición fija en el dron. Por tanto debemos de tener mucha habilidad con los mandos para controlar el dron y ser capaces de orientarlo hacia donde está la acción para que la cámara sea capaz de captarla adecuadamente.
Con cientos de horas de pilotaje se puede llegar a resultados tremendamente espectaculares y de una plasticidad asombrosa. No es algo que se pueda conseguir a corto plazo, pero con el tiempo y la práctica, las nuevas posibilidades que se con abren son ilimitadas.
🙂
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