Una litofanía consiste en la creación de una lámina semitransparente en la que se moldea un volumen. El cambio de grosor en dicha lámina hace que varíe su opacidad al aplicarsele una luz por detrás de la misma, de tal manera que se forma una imagen en la que las zonas más oscuras de la misma corresponden a las zonas de más grosor de la lámina y las más claras con las de menor grosor. Como resultado obtenemos una imagen en claroscuro cuando la luz atraviesa la lámina.
En la antigüedad se moldeaba un grabado en cera que posteriormente se trasladaba a una porcelana como material definitivo. Esas láminas finalmente se solían usar como decoración en lámparas de dormitorio y similares. Esta técnica se extendió durante el siglo XVIII en Alemania y Francia, aunque en el siglo XIX ya se podía encontrar por toda Europa.
Se afirma que dicha técnica la inventó el Barón de Bourgoing en 1827 y que se fabricaban en Meissen desde 1828 y en la fábrica de porcelanas de Berlín también por esa época. Por el año 1850 ya se fabricaban en las ciudades alemanas de Gotha y Plaue y en las ciudades inglesas de Minton, Copeland y Worcerster.
Samuel Colt tenía docenas de litofanías que había comprado en Berlín entre 1855 y 1856. En 1855 encargó la fabricación de 111 litofanías a partir de una fotografía suya en la que aparecía con su revolver Colt Navy de 1851.
En la ciudad de Toledo (Ohio) de Estados Unidos existe un museo dedicado a este tipo de piezas, el Blair Museum of Lithophanies.
En la actualidad podemos utilizar una impresora 3D para imprimir nuestras propias fotografías en un polímero.
Generando un modelo 3D.
Lo primero que tenemos que hacer es convertir nuestra imagen en un modelo tridimensional listo para imprimirse. Podemos utilizar algunas aplicaciones de Photoshop para prepararla, pero lo más sencillo es subir nuestra imagen a la página web de Image to Lithophane.
Allí podremos escoger si queremos una litofanía plana, curvada, cilíndrica, esférica, etc.
Obtendremos un modelo tridimensional con el aspecto escogido y únicamente deberemos de preparar el tamaño que deseemos. Lo importante en este aspecto no es el tamaño (del cual tenemos perfecta libertad para escoger), si no el grosor, que deberemos de mantener reducido (unos 4mm es una buena opción).
El fichero generado por la página, lo podemos llevar a nuestro programa de impresión 3D.
Imprimiendo nuestra Litofanía.
Una vez creado el fichero con la litofanía lo llevaremos al programa que nuestra impresora 3D utilice. Una vez allí deberemos de cuidar unos cuantos de detalles:
1.- Cuanto más finas sean las capas, más detalle tendrá nuestra litofanía.
2.- Dichas capas deben ser macizas. Aunque estamos tratando con unos grosores de 4 o 5mm, debemos de asegurarnos que la impresora no realiza un entramado que deje huecos en el interior de la pieza. Dichos huecos crearían sombras que estropearían la litofanía.
3.- Utiliza colores claros. Si utilizamos filamento de colores oscuros estamos impidiendo el paso de la luz y por consiguiente dificultando la obtención de la litofanía.
Si observamos todos estos pasos, obtendremos insólitos resultados con los que sorprender a nuestros clientes o amigos, y con los que deleitarnos también nosotros mismos.