Robert Capa. 1913 – 1954

La máxima de Robert Capa «Si tus fotografías no son suficientemente buenas, no te has acercado lo suficiente» es una frase que ha pasado  de fotógrafo a fotógrafo en la profesión. Era su creencia que era necesario estar cerca, involucrado con el sujeto, para captarlo bien.

Sus reportajes de la Guerra Civil Española y del desembarco en el Día D en 1944, nos llevan al centro de la acción. El principal objetivo de Capa no era hacer estas imágenes estéticamente agradables o técnicamente perfectas, su ánimo era registrar la cruda realidad de la guerra. Su trabajo, combinado con una corta pero venturosa vida, le ha hecho una figura legendaria en la historia de la fotografía.

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Su vida tuvo muchas facetas diferentes. Era un buen jugador de poker, tenía un carácter amigable con amigos entre los que se incluían el pintor Pablo Picasso y el escritor americano Hemingway, y amantes entre las que se encontraba la actriz sueca Ingrid Bergman, y sobre todo era un profesional dedicado, que cofundó la agencia Magnum y fue mentor de jóvenes fotógrafos.

Originalmente llamado André Erno Friedmann, nació en una familia de sastres judíos en Budapest, Hungría en 1913. Dejó Hungría a la edad de 17 años después de haber sido arrestado por manifestarse en contra del gobierno dictatorial. Se traslado a Berlín en Alemania, donde estudió periodismo y comenzó a trabajar en el laboratorio fotográfico de una agencia.

Su primera fotografía publicada, tomada en 1932, mostraba a Leon Trotsky dando una conferencia sobre la Revolución Rusa. Sin embargo, su prometedora carrera en Berlín llego a un súbito final cuando tuvo que huir de los Nazis para establecerse en Francia. En París, comenzó una relación con la refugiada alemana Gerda Pohorylle, quién también se convirtió en su compañera profesional.

Cortos de dinero, decidieron crear la identidad ficticia de un famoso fotógrafo americano llamado Robert Capa. Proclamando que eran sus empleados, ellos hacían fotografías que decían eran de Capa y las vendían al doble de lo que ellos normalmente habrían recibido de las publicaciones. El engaño fue eventualmente descubierto, pero Friedmann mantuvo el nombre de Capa por el resto de su carrera, mientras, Gerda adoptó el apellido Taro.

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En 1936 viajaron a España a cubrir la Guerra Civil, El trabajo de Capa incluyó imágenes de civiles huyendo en busca de refugio durante las incursiones aéreas, e imágenes tomadas en los campos de batalla. Una de estas imágenes, la cual él decía mostraba a un soldado republicano en el momento de su muerte,  llevó a Capa a la fama internacional.

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Esa proximidad tan cercana de Capa a la guerra le llevó a la tragedia personal. En 1932, Gerda Taro murió aplastada cuando un tanque colisionó con el coche en el que estaba viajando. Ese incidente partió el corazón a Capa.

Al poco tiempo se fue a China, donde fotografió la resistencia a la invasión de Japón. Un evento de significativa importancia en la Segunda Guerra Chino-Japonesa. Volvió a Europa a tiempo para cubrir la Guerra Civil Española antes de escapar a Nueva York cuando las fuerzas alemanas invadieron Francia.

Durante los años siguientes, Capa cubrió batallas en África e Italia, pero logró sus más dramáticas imágenes en 1944. El 6 de Junio estaba a bordo de una lancha de desembarco americana a su llegada a las costas francesas como parte de la más grande y ambiciosa invasión en la historia militar: El Día D.

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Capa estuvo en el agua durante 90 minutos mientras las balas mataban a cientos de las tropas alrededor de él, él dijo que sintió un temor que no había sentido jamás, un miedo que lo sacudía de pies a cabeza y le retorcía el rostro. Disparó 106 fotos, pero después, un asistente del laboratorio de revelado con las prisas para revelar e imprimir las fotos en Londres, sobrecalentó los negativos y la emulsión fijadora se estropeó.

Solamente 11 fotos parcialmente dañadas sobrevivieron, pero esas dramáticas imágenes capturaron la invasión desde la perspectiva de las tropas. Una selección de esas imágenes fueron publicadas en el número del 19 de Junio de 1944 de la revistas LIFE. Esas imágenes sellaron la reputación de Capa.

En Agosto de 1944, estuvo de nuevo en el centro de la acción cuando fotografió a las multitudes gozosas celebrando la liberación de París. El año siguiente, se lanzó en paracaídas en Alemania con las tropas americanas, cuando bajo disparo de ametralladoras, avanzaban dentro del país.

Con la guerra finalizada, Capa volvió un poco a la vida normal, comenzando un affaire con Ingrid Bergman mientras ésta estaba de gira entreteniendo a las tropas americanas. En 1947, unió fuerzas con los compañeros fotógrafos Henri Cartier-Bresson, William Vandvert, David Seymour y George Rodger y crearon la agencia Magnun de fotografía.

No pasó mucho tiempo hasta que estuvo de nuevo fotografiando conflictos. Informando de la Guerra Arabe-Israelí de 1948. Mientras estaba en Tel Aviv, Capa fue alcanzado por una bala. Estar al borde de la muerte lo dejó bastante sacudido y por un tiempo se dedicó a asuntos menos peligrosos.

Habiendo evitado las guerras por varios años, en 1954 fue sacudido por el destino.

En Abril de ese año, la revista Life contactó con Capa y le ofreció 2.000$ al mes por cubrir la guerra en Indochina. Necesitado de dinero, Capa aceptó. Desafortunadamente, el 25 de Mayo, murió al pisar una mina mientras fotografiaba el avance de un regimiento francés. Él fue condecorado póstumamente con la Cruz de Guerra por el Ejercito Francés.

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Sesenta años después la leyenda de Capa sigue viva. En sus días, él era (como afirmó el Picture Post en 1938) el más grande fotógrafo de guerra del mundo. Su determinación a arriesgarlo todo para la consecución de grandes imágenes le ha hecho una continua fuente de inspiración a las generaciones posteriores.

Puedes ver más de sus fotografías en la base de fotos de la Agencia Magnum que él fundó.

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